El final de esta historia son los aplausos del público, el auditorio del centro cultural Nicolás Salmerón a rebosar en las dos sesiones en las que se representó la obra, a finales del paso mes de abril y, sobre todo, la satisfacción del trabajo bien hecho. El principio, sin embargo, arranca siete meses atrás, cuando el grupo de teatro de Villanueva C.U. se embarcó en su nuevo proyecto, El pájaro azul, una obra de Maurice Maeterlinck.
La obra se representó el 29 y el 30 de mayo en este centro cultural de la calle Mantuano de Madrid, dos sesiones precedidas por una primera puesta en escena en en el Aula Magna de la Universidad Francisco de Vitoria, en el marco de la II Semana de las Artes Escénicas, y que hicieron bueno al clásico: gran éxito de crítica y público. Es decir, entradas agotadas y una gran profesionalidad sobre las tablas.
Humor y mucho ritmo
El trabajo que hay detrás del estreno queda resumido en este vídeo, editado por el propio grupo de teatro, en el que hay mucho ritmo -como no podía ser de otra manera- buen humor, algún que otro nervio de última hora y la huella de mucho esfuerzo, ensayo tras ensayo, canción tras canción, para que no quede ningún fleco suelto.
“El pájaro azul” es una metáfora de que la felicidad está en el interior
Como explica Eva Latonda, una de las directoras de la compañía, “El pájaro azul es una especie de cuento de hadas con una metáfora sobre la vida que narra el camino que uno recorre en busca de la felicidad”. En este caso, encarnado en dos niños que salen a buscar ese pájaro azul “en compañía de las almas, de las cosas que viven en su hogar, que son el fuego, el agua, el pan, el azúcar, la luz, el perro y el gato, todo muy onírico y metafórico”.
Y todo para comprender, el final del viaje, que el secreto de la felicidad está en el interior.
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