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Stradivarius se pone flamenco

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El violinista cordobés Paco Montalvo ha revolucionado el mundo del flamenco con su violín. Es considerado uno de los mejores músicos de España, y ante él se vaticina una carrera meteórica y exitosa. Su currículum ya cuenta con haber actuado en los mejores teatros del mundo, haber tocado para los Reyes de España o haber sido el primer violinista de la historia en interpretar rumbas como ‘Río Ancho’, del genio Paco de Lucía.

P (Pregunta): ¿cuándo fue la primera vez que cogió un violín?

R (Respuesta): Cuando mi hermana nació le compraron un violín de juguete y ella lo tiraba. Entonces al nacer yo, para no cometer el mismo error, mis padres no intentaron ponerme el instrumento. Resulta que paradójicamente fui yo el que, con once meses, cogí el violín de la misma forma que había visto hacer a mi padre, esa fue la primera vez. Aunque claro, no me acuerdo… (risas).

Vivir de la música

P: ¿Cuándo se dio cuenta de que podía vivir siendo violinista?

R: Con doce o trece años, cuando ya vi la responsabilidad que conlleva tocar delante de un público en un escenario. Hasta entonces para mí era un juego. Con ocho años entré en el conservatorio y era un grado elemental.

P: ¿Cuándo llevó su primer sueldo a casa? ¿Con doce años?

R: Y antes (risas).

“Con doce años vi la responsabilidad que conlleva tocar delante de un público”

P: ¿Cómo fue su formación?

R: Sobre todo con mi padre, que me ha llevado con grandes Maestros del violín y de la música. En Londres, Roma, Nueva York… Lo de estar apuntado en el conservatorio era más para tener un seguro. También con dieciséis años cursé el bachiller a distancia porque hice un curso en la fundación Reina Sofía. Luego en la fundación Antonio Gala, donde conviví con muchos artistas de todos los ámbitos.

Un nuevo campo por descubrir

Paco Montalvo asegura que, cuando era pequeño, sus compañeros de clase veían su carrera musical con normalidad. Cruzó el charco por primera vez con trece años. “Fue a Chicago, el primer viaje donde yo noté que era algo de envergadura. Toqué en el ‘Stradivari Society Hall’, una sala muy prestigiosa de música clásica. Allí me dieron mi primer Stradivarius”, recuerda. Comenta su carrera con naturalidad, lo que para cualquier persona es sorprendente, para él es normal.  Entre los nombres que siempre ha admirado se encuentran grandes de la música clásica como Alexander Markov o Paganini. Pero también grandes guitarristas del flamenco. Si hasta hace unos años se proyectaba sobre él una de las carreras más exitosas como violinista de música clásica, actualmente no queda más que una senda desconocida y virgen: la innovación en el mundo del flamenco.

P: ¿Cómo le dio por tocar flamenco con el violín?

R: Da la casualidad que al ser de aquí y gustarme el flamenco siempre he escuchado a Paco de Lucía o Vicente Amigo. Lo he escuchado más por mi abuela que por mi padre. Poco a poco iba cogiendo afición. Ha sido hace un año y medio cuando me he propuesto llevar esto al escenario.

“Lo tenía todo más o menos resuelto, sólo tenía que continuar”

P: ¿Cómo hubiese sido su futuro sin el flamenco?

R: Dando conciertos de música clásica, de solista con una orquesta sinfónica. Lo tenía todo más o menos resuelto, lo único que tenía que hacer era continuar. Realmente ahora que estoy haciendo flamenco, he descubierto lo que me apasiona. Estoy muy ilusionado con este cambio.

P: ¿Cuándo fue la primera vez que tocó flamenco?

R: Cuando era pequeño. Tocaba la música por el oído, las notas las he aprendido bien tarde. Yo escuchaba algo y lo repetía con mi violín. Sentía que tenía muchas ganas de hacer esa música.

Llevar al violín a otro terreno

P: ¿Realmente sabía hasta dónde quería llegar con este cambio en su carrera?

R: Supe lo que quería desde que tuve el objetivo de llevarlo a los escenarios. Conocía cómo quería que sonase esto y lo que quería representar: un nuevo flamenco con un nuevo protagonista. El violín ha estado ahí como un instrumento que aportaba un color. Ahora yo lo estoy llevando a otro lugar. Es hacer que el violín sea la voz del cante o la voz de esa guitarra solista. Lo que hace Vicente Amigo con su guitarra, para mí, es mucho más difícil que lo que yo hago con mi violín, porque lo que yo estoy haciendo es cantar con el violín, con las características que tiene mi instrumento, que es melódico, no armónico. Nunca se ha hecho eso en el flamenco.

P: ¿Cómo se plantea el futuro?

R: Digamos que se ha abierto el campo. La presentación está hecha, ahora quiero ver las posibilidades que hay. Yo tengo una base clara: lo que me gusta lo hago.

P: ¿En algún momento de su vida ha pensado: ‘hasta aquí hemos llegado, ya estoy en la cima?

R: Nunca me he conformado. Qué va. He llegado al punto de decir: esto está bien, pero siempre queriendo avanzar.

“He llegado a decir: esto está bien. Pero nunca me he conformado, siempre he querido avanzar”

P: En un arte como el flamenco, en el que parece que no queda nada por inventar, ¿cree que puede innovar?

R: Y tanto. Lo que estoy haciendo… llevar un instrumento a otro punto, no por mí sino por las características que tiene el instrumento. Y puede llegar muy lejos dentro de la comunicación del flamenco, tiene unas posibilidades increíbles. Hay que hacer cosas nuevas y es una forma de llevar a gente nueva el flamenco puro. Los flamencos se van a interesar por el clásico y viceversa. Es enriquecer dos músicas.

P: ¿Qué cree que le queda por incorporar?

R: Lo último que incorporé en un concierto fue el baile. Hay unas posibilidades infinitas. Lo incluiría hasta dentro de un disco.

P: ¿Y la voz?

R: Como colaboración me gustaría, pero digamos que no quiero que se confunda con lo que estoy haciendo. Porque lo que me gusta es que la voz principal sea el violín.

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